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CROP CIRCLES

¿Cuál es el sentido
de los agroglifos?

Unos seres inteligentes desconocidos para el hombre moderno se manifiestan «bajo nuestros ojos» y nos llaman con insistencia todos los años. Es un fenómeno que nunca ha sucedido en la historia (conocida) del hombre, y que puede hacer pensar en el fenómeno de las apariciones de ovnis, igualmente misterioso, pero se trata de un fenómeno de naturaleza totalmente diferente ya que los agroglifos son realizaciones concretas, palpables, permanentes durante un largo periodo de tiempo, y hechas para ser vistas.

Ya que estos mensajes en los campos nos son dirigidos a nosotros los humanos, nos toca igualmente a nosotros descodificarlos y descubrir su sentido, sin esperar a que sean más explicitos, ya que si aceptamos la idea de que los seres elementales son los autores, sabemos que estos no tienen la capacidad de comunicar con nosotros a nivel intelectual, utilizando nuestro lenguage por ejemplo. Debemos por lo tanto esforzarnos en recibir su mensaje a nivel de corazón, desarollando nuestra intuición para suplir nuestro mental.

¡Existimos!

Los agroglifos, del mismo modo que los fenómenos luminosos, no pueden ser explicados por las leyes de la física actual, son en consecuencia fenómenos paranormales. Desde hace unos treinta años, sus autores, los elementales, multiplican ostensiblemente estas realizaciones paranormales en un gran número de países del mundo (¡más de 80!), cada vez más frecuentemente cerca de las carreteras y de las ciudades, manifiestamente para que sean vistas por un número mayor de personas. Es evidente que buscan así atraer la atención de los hombres, y buscan que nos interroguemos.

El primer mensaje subyacente es entonces: «¡estamos aquí, existimos!». ¡Los elementales son espíritus inteligentes ligados al mismo planeta Tierra que nosotros! Han decidido recordarse a nosotros, los seres humanos, que ignoramos su presencia aún cuando viven muy cerca de nosotros, ¡que están entre nosotros!

Más allá de esta primera interpretación, debemos comprender que nuestro mundo no es solamente material. Debemos tomar consciencia de la existencia y de la realidad del mundo de los espíritus, de la dimensión espiritual de nuestro mundo. Nosotros mismos, los seres humanos, no estamos constituidos unicamente por un cuerpo físico: debemos reconocer nuestro ser interior, la parte espiritual que hay en nosotros, y desarrollarla.

¡Respetad la naturaleza!

Los elementales son los guardianes de la naturaleza, tienen la responsabilidad de cuidar el crecimiento del mundo vegetal y el equilibrio energético de todos los lugares de la Tierra. Sin embargo vemos hoy por hoy que los hombres están destruyendo la Tierra. En muchas regiones de nuestro mundo, la polución ha alcanzado un nivel intolerable tanto en los suelos como en el agua y en el aire. La tierra desborda de pesticidas, de insecticidas y de herbicidas que son venenos para la vida. En consecuencia, el agua se encuentra muy frecuentemente en estado de insalubridad, incluso cuando se la declara potable. El aire está afectado no solamente por la polución química sino también por las radiaciones electromagnéticas nocivas que se difunden por todos lados, particularmente por los múltiples teléfonos móviles y antenas de relevo. El hombre, cegado por su egocentrismo monstruoso, no tiene ningún respeto por el planeta sobre el que vive, y que explota de manera irresponsable.

Hasta hace algunos años, la Tierra había conservado un poder de regeneración natural que se expresaba precisamente gracias al trabajo invisible de los seres de la naturaleza, gracias a los seres elementales cuyo rol es por tanto indispensable a la vida. Pero hoy el equilibrio ha sido roto, los elementales ya no pueden hacer frente a las terribles agresiones y contaminaciones, y en consecuencia nuestras condiciones de vida se degradan a gran velocidad.

Podemos darnos cuenta de que los elementales de la tierra han intensificado sus manifestaciones (con la realización de agroglifos) desde hace unos treinta años, hecho que coincide con la amplificación del fenómeno de polución de la tierra de una manera catastrófica en el mismo período. Podemos igualmente darnos cuenta de que la polución del aire (polución electromagnética en particular) es más reciente, y que justamente las manifestaciones de los elementales en relación con el aire (los orbes y los círculos de luz) son también más recientes, datan de hace unos doce años.

El segundo mensaje subyacente es entonces: «¡respetad la Tierra! ¡respetad la naturaleza!». Es un mensaje de alerta que la naturaleza nos da, a través los seres elementales que se ocupan de ella.

Debemos comprender que estos mensajes de alerta no pueden ser explicitos y deben ser comprendidos «con el corazón». Los elementales nos dicen: «estamos aquí, pensad en nosotros». A nosotros, nos toca comprender que tienen a cargo el equilibrio de las fuerzas de la naturaleza, y que ya no pueden hacer correctamente su trabajo, que ya no pueden asumir su rol, debido a las devastadoras acciones humanas.

Esto mismo han comprendido y confirmado varias personas que perciben los seres elementales.

Jean Pierre Martinez (23), geobiólogo, afirma que los elementales del aire, con los cuales tiene más contacto, se dirigen a los hombres ya que éstos causan grandes daños a su mundo debido a la polución electromagnética. En efecto, se puede comprender que estas radiaciones (teléfonos, antenas, Wi-Fi, etc.) perturban gravemente no solamente a los seres humanos, sino también a ellos ya que son sensibles a las energías de los lugares puesto que se ocupan de su armonía. Están muy perturbados por las energías negativas de las radiaciones electromagnéticas que confunden el entorno.

Yann Lipnick (24), otro geobiólogo que percibe igualmente a los seres de la naturaleza, ve en las ninfas y en los elfos, espíritus del aire, y en los gnomos, seres de la tierra. Piensa que los elementales quieren que les reconozcamos, que sepamos que existen realmente, pero quieren al mismo tiempo atraer nuestra atención sobre el hecho de que destruimos la Tierra, que es también su Tierra.

Christine Beusch (15): «Penetrando en la intimidad de estos seres, descubrió cuánto sufren de no ser reconocidos ya por los hombres que empobrecen y destruyen la naturaleza sin darse cuenta de las perturbaciones que estas acciones crean en los mundos sútiles.»

Marko Pogacnik (14): «El optimismo que se percibe en el comportamiento de los seres elementales y en sus mensajes sugiere que gracias a los instructores muy evolucionados con los cuales cuentan, comprenden porque la humanidad, enredada en sus ilusiones egocéntricas, maltrata tan terriblemente la naturaleza, y parecen indicarnos que quieren seguir sosteniendo con todas sus fuerzas nuestro proceso de aprendizaje.»

La situación privilegiada de los agroglifos en Inglaterra

Otra comprensión del mensaje de los agroglifos puede ser buscada estudiando las características de los lugares en donde estas realizaciones aparecen. Si bien este fenómeno existe en gran número de países, aparecen muy dispersos en cada uno de estos países. No hay lugares privilegiados, aun cuando se ha observado frecuentemente que los agroglifos han sido creados cerca de yacimientos prehistóricos o de lugares considerados como sagrados. Inglaterra se distingue por el hecho de que la gran mayoría de las formaciones está concentrada en una zona muy limitada, el Wiltshire y sus alrededores. Esta concentración única en este país es forzosamente significativa, y debemos descubrir su sentido.

Los agroglifos en Inglaterra son creados lo más frecuentemente:

  • ya sea a proximidad de formaciones megalíticas antiguas, tales como Stonehenge (hasta estos últimos años) y sobre todo Avebury (fotos 1, 2 y 3).
Stonehenge - Julio del 1996
Foto © Lucy Pringle
Stonehenge - Junio del 1997
Foto © Steve Alexander
Avebury Manor - Julio del 2008
Foto © Lucy Pringle
  • ya sea cerca de uno de los numerosísimos tumulos (fotos 4, 5 y 6).
The Sanctuary - Julio del 2008
Foto © Daniel Harran
Waden Hill (entre Avebury y Silbury Hill) - Abril del 2008
Foto © Lucy Pringle
West Kennett - Junio del 2007
Foto © Lucy Pringle
  • o cerca de uno de los «caballos blancos» que ornan la campiña de la región del Wiltshire (fotos 7, 8 y 9).
Alton Barnes - Mayo del 2008
Foto © Lucy Pringle
Uffington - Julio del 2006
Milk Hill, Alton Barnes - Junio del 2004
Foto © Lucy Pringle

Los megalitos

Es difícil datar con precisión los templos sagrados de Stonehenge y de Avebury, pero los historiadores estiman su edad a al menos 5500 años: son entonces contemporáneos de las primeras pirámides de Egipto. La disposición de las piedras en Stonehenge indica que se trataba de un observatorio astronómico. Todos los visitantes de este lugar, pero también todos aquellos que observan las fotografías, se sienten impresionados por las dimensiones imponentes de estas piedras gigantes, cuya altura es de más o menos seis metros (están empotradas en el suelo), es decir por su peso (unas veinte toneladas para las más pesadas, seis toneladas más o menos para las que están dispuestas en dinteles) (fotos 10, 11 y 12). El estudio geológico de las piedras ha mostrado que las más pesadas han sido extraídas de una carrera situada a más de veinte kilómetros, y que las otras han sido extraídas de una carrera situada en el País de Gales, a 220 km.

Stonehenge
Foto © Daniel Harran
Stonehenge
Foto © Daniel Harran
Stonehenge
Foto © Daniel Harran
Avebury
Foto © Daniel Harran

¿Cómo es que, hace 5500 años, en la época neolítica (que era el período de la piedra pulida y del desarrollo de la agricultura según los historiadores), los hombres han podido tallar, transportar y erigir piedras tan enormes: con qué medios? Esta pregunta puede hacerse también del sitio de Avebury (fotos 13 y 14), y también se puede plantear para todos los numerosos yacimientos megalíticos de Europa (dolmenes y menhires) (foto 15), de Asia menor (templos y pirámides) (foto 16) y de América central (foto 17) en donde estas construcciones son muy antiguas y remontan a tiempos inmemoriales.

En Francia por ejemplo, la piedra más imponente es el monolito de Locmariaquer en Bretaña (que yace en el suelo fragmentada en tres partes): ¡se estima que pesa 280 toneladas! Sin embargo ha sido extraída de una carrera situada a unos doce kilómetros de su lugar actual.

Gran pirámide de Gizeh (Egipto)
Pirámide de Teotihuacán (México)

En el templo de Baalbek en el Líbano, el zócalo está constituido por piedras de las cuales tres tienen un peso estimado a 1000 toneladas, mientras que la carrera de extracción está situada a 1 km de ahí.

Avebury
Foto © Daniel Harran
Menhires de Carnac

Hay que reconocer que las explicaciones «oficiales» de los historiadores, que hablan de cuerdas, de postes para el transporte, de planos inclinados de tierra y de fuerza muscular de un gran número de hombres, no son razonables y tampoco son creíbles. Los postes de madera habrían sido aplastados bajo el peso de las piedras, eso sin contar con los obstáculos del relieve entre las carreras y los lugares en donde se erigen. Además, el número de hombres que podrían reunir la fuerza suficiente para levantar y desplazar las piedras estaría limitado por el espacio disponible alrededor de éstas. Por otro lado, la precisión de la mampostería (calidad de las juntas) de los dinteles es excelente (foto 11), lo cual es testimonio de una perfecta maestría en las técnicas de construcción. Hay que reconocer que los medios rudimentarios como los postes y las cuerdas, con la sola fuerza muscular de los hombres, no permiten explicar la construcción de todos estos megalitos, lo que hace que su origen sea aun hoy por hoy un enigma.

Es evidente que estas construcciones implican que sus constructores poseian conocimientos y habían desarrollado capacidades que les permitían el manejo con maestría de la fuerza de la gravedad, capacidades que el hombre ha olvidado desde hace mucho tiempo.

Los túmulos

Alineación de túmulos
Foto © Daniel Harran
Túmulos con arboles
Foto © Daniel Harran

La región del Wiltshire está caracterizada por la presencia de un gran número de túmulos, que son elevaciones artificiales de tierra, con una altura de unos cuantos metros y a veces ocupados por árboles (fotos 18 y 19). Las excavaciones arqueológicas han mostrado que son sepulturas humanas muy antiguas, fechadas en varios miles de años. Estos túmulos han sido construidos por el hombre para honrar tras su muerte a los personajes considerados como importantes.

West Kennett - Junio del 2007
Foto © Lucy Pringle

Varios túmulos se distinguen por su forma alargada, contrariamente a los otros que son circulares. Los túmulos largos de West Kennett (fotos 6 y 20) y Waylands Smithy poseen una cámara funeraria subterránea, construida con grandes piedras, y su entrada está protegida por varios monolitos imponentes. Parecen ser los más antiguos y se los situa en 3500 años antes de JC. Eso quiere decir que tienen una antigüedad 5500 años y que son prácticamente de la misma época que los yacimientos de Stonehenge y de Avebury. El túmulo largo de West Kennett «atrae» los agroglifos de manera importante cada año.

Pero el túmulo más gigantesco y el más sorprendente es el llamado «la colina Silbury» (fotos 21 y 22). Es una verdadera colina artificial, de forma cónica, de cuarenta metros de altura. Es el túmulo más alto de Europa, sobrepasado solamente por las pirámides de Egipto. Las excavaciones han mostrado que se trataba de una pirámide con grados (como las primeras que han sido construidas en Egipto) cubierta de tierra. Su edad está estimado a aproximadamente 5000 años, es decir que es justamente contemporánea de las primeras pirámides de Egipto y de los yacimientos de Stonehenge y Avebury. Una leyenda cuenta que representa el túmulo funerario de un rey enterrado allí con su caballo. Esta colina Silbury, estando situada muy cerca de Avebury, es también un lugar que «atrae» mucho los agroglifos.

Cámaras funerarias bajo el túmulo largo de West Kennett
Foto © Daniel Harran
Colina Silbury
Foto © Daniel Harran
Colina Silbury
Foto © Daniel Harran

Los «caballos blancos»

Caballo blanco de Milk Hill, Alton Barnes - Fecha: 1812
Foto © Daniel Harran
Caballo blanco de Hackpen - Fecha: 1838
Foto © Daniel Harran
Caballo blanco de Cherhill - Fecha: 1780
Foto © Daniel Harran
Caballo blanco de Uffington - Edad: 4000 años ó 5000 años ó más ?

Es una tradición local y específica de esta región. Se contaron diez caballos blancos, construidos por el hombre durante épocas más o menos remotas, pero ya no quedan más que siete (tres fueron destruidos en el siglo 19) (fotos 23, 24 y 25). Toda la región del Wiltshire se caracteriza por un suelo calizo. Por ello, para crear estos dibujos basta con arrancar la capa superficial de hierba y dejar el suelo, que es blanco, al descubierto. Estos dibujos deben ser mantenidos en buen estado para que no sean de nuevo invadidos por la hierba. La mayor parte han sido dibujados entre el siglo XVIII y el siglo XIX, y su estilo es figurativo. Pero uno de ellos, el caballo blanco de Uffington, es mucho más antiguo, ya que se estima su edad a al menos 4000 años, tal vez 5000 años e incluso más aún, lo cual nos lleva una vez más a la época de construcción de los megalitos y de los primeros túmulos. Mide 111 metros de largo y es el único estilizado (foto 26). Puede por lo tanto considerarse que los caballos blancos son una tradición humana cuya fuente tiene origen en este primer dibujo muy antiguo.

Todos los años, un gran número de agroglifos son creados no solamente a proximidad de estos caballos blancos, sino que además están orientados hacia ellos (fotos 9, 27 y 28). Esto conlleva forzosamente un sentido, que debemos descifrar: ¿qué representan estos caballos blancos? ¿Por qué se los señala así?

Milk Hill, Alton Barnes - Junio del 2004
Foto © Lucy Pringle
Milk Hill, Alton barnes - Julio del 2006
Foto © Lucy Pringle
Tan Hill - Julio del 2004
Foto © Lucy Pringle

Podemos decir que, hace más de 5000 años, vivía un pueblo en esta región del Wiltshire que se distinguió por la construcción de megalitos imponentes, por la construcción de numerosos y grandes túmulos para honrar a sus muertos y por la representación en el suelo de un caballo muy grande. Se puede pensar que este pueblo tenía un desarrollo singular. Todos estos testimonios de su existencia han sobrevivido hasta nuestros días pero el sentido que ello tiene es todavía un misterio para nosotros.

El sentido escondido de los megalitos:
«¡recordemos la Atlántida!»

La existencia misma de un gran número de megalitos en el Wiltshire, pero también en el mundo entero, revela que sus constructores poseían manifiestamente conocimientos y un saber hacer que han sido olvidados desde entonces. Ello implica lógicamente la existencia de una civilización antigua desarrollada, precedente a la nuestra.

Sabemos que el mito o la leyenda del diluvio está presente en todas las tradiciones y en todas religiones humanas: este diluvio destruyó toda la vida sobre la Tierra, pero un cierto número de humanos sobrevivieron (el Arca de Noé) y que effectivamente, un número cada vez mayor de descubrimientos y de testimonios de orígenes muy diversos atestiguan de la existencia de una civilización que precedió este diluvio (27-28). El filósofo griego Platón, en el año 350 antes de JC, dejó el primer testimonio escrito sobre este tema, que recibió por transmisión oral: «Hubo en aquel tiempo una civilización poderosa en una isla (la Atlántida) situada más allá de las columnas de Hércules (el estrecho de Gibraltar). Hacia unos 9500 años antes de J.C., como consecuencia de temblores en la tierra y de inundaciones de una violencia extraordinaria, la Atlántida fue tragada por el mar y desapareció» .

La Atlántida está considerada como un mito por la historia oficial, pero forma parte de la historia oral de la mayoría de los pueblos amerindios tales como los Mayas, los Aztecas, los Hopis, los Navajos, los Sioux, los Cherokees, etc. (29). Los Ancianos de estas tribus declaran que sus ancestros vinieron de la Atlántida, y que son ellos los que les trajeron el conocimiento. Son precisamente sus ancestros los que construyeron las pirámides que hoy conocemos en América central. Estos testimonios indican en consecuencia que las misteriosas técnicas de construcción de estas pirámides tienen su origen en la civilización atlante.

Por otro lado, se ha observado que la descripción hecha por Platon del Imperio Atlante en Europa corresponde de manera muy exacta a la implantación territorial de los megalitos (30). Esta correspondencia significa que existe una gran probabilidad de que los megalitos hayan sido construidos por los Atlantes.

Esta observación ha sido confirmada por varios filósofos contemporáneos (31-32), los cuales precisaron: cuando la civilización de la Atlántida desapareció brutalmente hace unos 12000 años, las migraciones atlanteanas llevaron a los descendientes de esta civilización a instalarse sobre nuestro continente en Gran Bretaña, antes de atravesar Europa (Francia, Alemania, etc.) y de proseguir hacia el Este unos cuantos miles de años más tarde para llegar hasta Asia.

Además, estos autores escribieron que los atlantes habían desarrollado capacidades que les permitían levantar cargas enormes. Y lo que es más, según otro autor: «Egipto fué en su origen poblado por supervivientes de la Atlántida, después de que dos cataclismos la destruyeran; la Esfinge y las pirámides de Gizeh han sido construidas por los Atlantes (33)

En nuestra época moderna, en el siglo 20, la construcción de un gran castillo de piedra (de coral) por ensamblaje de bloques que pueden llegar a pesar varias decenas de toneladas, realizada por un solo hombre y sin ayuda mecánica, atestigua que este dominio estraño de la gravedad es efectivamente posible (34). Dicho ensamblaje ha sido realizado secretamente y de noche, pero el constructor fue espiado y «numerosos testimonios contaron como cantaba a veces poniendo sus manos sobre las rocas de coral, ¡y cómo se observaba que los bloques se elevaban como globos!» .

Cuando se le preguntó al final de su vida, confesó poseer un antiguo secreto de construcción: la influencia del sonido sobre la fuerza de gravedad. «He descubierto el secreto de las pirámides, he encontrado cómo los egipcios y los antiguos constructores de Perú, de Yucatán y de Asia, con herramientas primitivas, elevaron y compusieron bloques de varias toneladas», declaró un día. Puesto a parte el aspecto increíble de este ejemplo sin embargo verídico, se puede pensar que si estos conocimientos y este saber hacer han sido utilizados en nuestra época de una manera totalmente excepcional por este hombre, dichos conocimientos son probablemente un vestigio de los antiguos conocimientos que hicieron posible la construcción de los megalitos hace unos cuantos miles de años.

Proponemos entonces la idea de que la proximidad existente entre numerosos agroglifos y las construcciones megalíticas cuyo origen está considerado como misterioso pero que deben ser asociados a los Atlantes, nos indica que los autores buscan con ello el recordarnos la civilización olvidada de la Atlántida.

Del mismo modo que nos indican primeramente que existen entre nosotros pero que los hemos olvidado, también nos indican los testimonios de la civilización atlante para recordarnos esa civilización que precedió a la nuestra.

El sentido escondido de los túmulos y de los caballos:
el pueblo Escita y la Atlántida

Corte de un kourgane escita

Excavaciones arqueológicas relativamente recientes han puesto al día tesoros artísticos sorprendentes en una región de Asia. Han sido atribuidos a un pueblo que vivió durante el primer milenio antes de nuestra era en el Cáucaso, sobre las orillas del Mar Negro: el pueblo Escita. Herodoto, escritor griego del siglo V antes de JC, ha dedicado un libro al pueblo escita: una gran civilización de ganaderos nómadas, de jinetes intrépidos que amaban los caballos, las armas y el oro (35-36). Su modo de vida hizo que este pueblo no dejara ninguna construcción de piedra para la posteridad, pero se distinguió por la construcción de un número muy grande de kourganes. Las kourganes son antiguas sepulturas escitas, son de hecho túmulos frecuentemente de grandes dimensiones (hasta 300 m de diámetro), que cubrían las tumbas de reyes o de personajes importantes, enterrados con muchos objetos destinados a acompañarles tras su muerte (foto 29).

Peine de ornamento escita, de oro
Pectoral escita, de oro

Los arqueólogos descubrieron en estas kourganes, mezclados con osamentos, una profusión jamás encontrada de objetos obrados en oro, plata y bronce (36) (fotos 30, 31 y 32), a pesar de que la mayor parte de estas sepulturas habían sido pilladas antes de que el poder local hubiera podido controlar las excavaciones, y de que todos los objetos de oro robados habían sido fundidos para recuperar el valor del precioso metal..

Detalle del pectoral escita

Nicolas Witsen, uno de los primeros investigadores al respecto, en una obra publicada en 1692, se pregunta por la autoría de estas maravillas y plantea la hipótesis de un pueblo desconocido que poseía un nivel cultural infinitamente más elevado que el de los que les siguieron. El origen de este arte escita, y por lo tanto de este pueblo, es todavía considerado como un misterio.

Sabemos que el caballo ocupaba un lugar muy importante para el pueblo escita en aquella época, ya que no era unicamente el medio de desplazamiento indispensable para estos hombres que vivían como nómadas y que lanzaban ataques a caballo contra otros pueblos, pero es que también un gran número de caballos ha sido enterrados en las sepulturas de los reyes, e igualmente de soldados inmolados. Restos de caballos han sido encontrados en las cámaras funerarias, frecuentemente adornados con ricos ornamentos de oro, plata o bronce (34). Los caballos eran también frecuentemente representados sobre objetos obrados.

Así, hace unos 3000 años, vivía en esta región de Asia un pueblo que se distinguió por la construcción de un gran número de kourganes (o túmulos) y por otorgar una importancia particular a los caballos. Hicieron prueba, por otra parte, de un sorprendente dominio en las técnicas artísticas (que se perdió después), y era un pueblo de guerreros temibles. Ello nos lleva a pensar que las técnicas utilizadas debían ser una herencia de una época anterior. Ahora bien, sabemos hoy en día que este pueblo escita se encontraba al fin del camino de las grandes migraciones post-atlanteanas (31-32). Ello nos deja entender que eran descendientes lejanos de los Atlantes.

Llegados a este punto, podemos señalar la analogía entre el pueblo que habitaba el Wiltshire hace unos 5000 años y el pueblo escita presente en el Cáucaso hace 3000 años: estos dos pueblos se distinguieron por las numerosas sepulturas en forma de túmulos, y por dar una importancia particular a los caballos. Ambos se encontraban sobre el camino trazado por las migraciones post-atlanteanas, a sabiendas de que el primero vivió por supuesto en una época anterior al segundo.

Esta comparación nos permite comprender que los túmulos y la importancia acordada a los caballos eran signos distinctivos de los pueblos descendentes de los Atlantes.

En consecuencia, proponemos la idea de que la proximidad de numerosos agroglifos en Inglaterra con los túmulos y los caballos blancos conduce una vez más al hecho de que, poniendo en evidencia estos emplazamientos, los autores buscan recordarnos la civilización olvidada de la Atlántida.

Los tres discos de Grasdorf

Podemos en este punto avanzar la hipótesis de que los tres discos metálicos (de oro puro, plata pura y bronce) encontrados enterrados en el suelo bajo un agroglifo en Grasdorf en Alemania, pueden igualmente ser atribuidos a descendientes de los Atlantes. Aunque la calidad artística de estos discos es inferior a la observada en los objetos escitas, el hecho de encontrar de este modo estos objetos de metal precioso obrado en un lugar situado una vez más sobre el camino de la migración de los descendientes de los Atlantes nos lleva a hacer este relación.

Así, una vez más, con este ejemplo, el hecho de que estos tres discos hayan sido puestos en evidencia al mismo tiempo por su localización y por el tema del agroglifo puede interpretarse de la manera siguiente: los autores buscan recordarnos la civilización olvidada de la Atlántida.

¿Porqué la Atlántida ?

Todos los autores que han mencionado esta civilización de la Atlántida han indicado que, tras un período de decadencia y de guerras internas, desaparecío hace aproximadamente 12000 años como consecuencia del hundimiento de la isla en las profundidades del océano Atlántico.

Ahora bien, todos los veranos en Inglaterra, numerosos agroglifos, y los más espectaculares de entre ellos, designan de manera insistente estos vestigios de la civilización atlante llegados hasta nosotros. ¿Por qué? Es poco probable que la razón sea unicamente la de ayudarnos a «poner al día nuestros libros de historia»...

Marko Pogacnik (14): «Se dió cuenta de lo que le parecía ser una aspiración profunda para las entidades elementales:comunicar con los seres humanos. Porque eso era a lo que habían estado acostumbrados: a mantener relaciones cotidianas con los hombres de la época de la Atlántida. En esta época, estas entidades eran completamente perceptibles por el hombre y eran interlocutores naturales. Pero las condiciones han cambiado radicalmente desde entonces.»

Lo que confirma Rudolf Steiner (20): «La evolución que el hombre ha sufrido todo lo largo del período actual es responsable del hecho de que ya no esté en condiciones de percibir estos seres del mismo modo que ve a los animales, las plantas, etc. del mundo físico. En tiempos de la Atlántida, la conciencia del hombre no cesaba completamente durante el sueño: podía entonces percibir los seres espirituales.»

¡Pero por qué esta insistencia en manifestarse a nosostros desde hace unos treinta años?

Cada uno de nosotros se da cuenta de que la humanidad vive actualmente un período muy crítico en el que todas las señales de alarma se han encendido una tras otra, como consecuencia de la explotación desconsiderada de las riquezas naturales de nuestro planeta para provecho exclusivo de un pequeño número de hombres y en perjuicio de la mayoría de los demás, como consecuencia también de los daños muy graves realizados sobre el equilibrio ecológico, sobre especies animales y especies vegetales haciéndolas desaparecer a causa de la explotación irresponsable por parte del hombre, de las desigualdades económicas y sociales cada vez más evidentes en nuestras sociedades y entre los países del sur y del norte, que generan conflictos y guerras incesantes, etc.

Cegado por el desarrollo tecnológico que le da ilusiones de libertad, el hombre no tiene consciencia de que es cada vez más prisionero de la sociedad de consumo, prisionero de la materia, y que está verdaderamente destruyendo su planeta. Debido a este comportamiento, la humanidad está verdaderamente serrando la rama sobre la cual está sentada. ¡Todos los observadores anuncian un período de grandes trastornos que parece ser inminente, e incluso la desaparición próxima de la especie humana forma parte de los escenarios posibles!

Todo esto nos muestra que nuestra civilización atraviesa una crisis sin precedentes... sin precedentes en nuestra historia conocida, pero los autores de los agroglifos parecen estar haciendo todo lo posible para alertarnos recordándonos que un evento tan trágico ya existió en el pasado, que una civilización precedió a la nuestra, y que, efectivamente, desapareció como consecuencia de los disturbios y de las disensiones internas que no pudo controlar.

Podemos por ello comprender que el mensaje de los agroglifos, respecto a su localización privilegiada en el Wiltshire en Inglaterra, es una manera de ponernos en guardia contra el riesgo real de la desaparición de nuestra civilización, recordándonos el precedente de la Atlántida.

Conclusión

La significación profunda de los agroglifos (es la interpretación que personalmente propongo) es que seres espirituales benevolentes y cuidadores ligados a la Tierra, los elementales, llaman nuestra atención todos los años con insistencia para:

  • por un lado mostrarnos que existen, para despertarnos y que nos demos cuenta de la existencia de otros planos sutiles habitados por otros seres inteligentes,.
  • en consecuencia, para hacernos comprender la necesidad de respetar la naturaleza de la cual son los guardianes,.
  • y por otro lado para ponernos en guardia contra el riesgo real de desaparición de nuestra civilización, recordándonos el precedente de la Atlántida. Se manifiestan para mostrarnos que debemos elegir hoy por hoy entre la autodestrucción y la desaparición de la especie humana, o la evolución a través del despertar de la consciencia humana..

El hombre debe desarrollar su consciencia, la consciencia de quien es (no es unicamente un cuerpo material), la consciencia del respeto que debe a todos los seres vivos, la consciencia de que no es el único ser inteligente en el mundo, y por último la consciencia de la urgente necesidad de desarrollar los valores existentes en el fondo de sí-mismo, los valores nobles que son la dignidad del verdadero ser humano.

RESEÑA

Hemos presentado aquí un punto de vista sobre el fenómeno de los agroglifos que evidentemente es limitada. Existen otras formas de entenderlos, por ejemplo a través del estudio de la simbología de los temas representados y a través de las acciones benéficas para la Tierra de las energías emitidas por ellos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS (para esta página):

14 :  Marko POGACNIK - A la rencontre des êtres élémentaires (Ed. Mouvement de Culture Bio-Dynamique).

15 :  Christine BEUSCH - Nous existons ! Dans l'intimité des êtres élémentaires (Ed. Triades).

20 :  Rudolf STEINER - Les Êtres élémentaires (Ed. Anthroposophiques Romandes).

23 :  Jean-Pierre MARTINEZ - www.esprit-de-la-nature.fr/elementaux/orbe.html.

24 :  Yann LIPNICK - Les esprits de la nature et les mystères de Gaïa (Ed. Ôvilorôi).

27 :  Edouard BRASEY - L'énigme de l'Atlantide (Ed. Pygmalion).

28 :  Colin WILSON - L'archéologie interdite, de l'Atlantide au Sphinx (Ed. Alphée).

29 :  Chris MORTON et Ceri Louise THOMAS - Le mystère des crânes de cristal (Ed. J'ai lu).

30 :  Sylvain TRISTAN - L'Atlantide, premier empire européen (Ed. Alphée).

31 :  Rudolf STEINER - Chronique de l'Akasha (Ed. Anthroposophiques Romandes).

32 :  Patrick J. PETRI - Connaissance Initiatique 1 - De l'Atlantide aux Esséniens (Spiritual Book France).

33 :  Georges I. GURDJIEFF - Récits de Belzébuth à son petit-fils (Ed. du Rocher).

34 :  Jean-Bernard CABANES - Sacrée Planète n° 26, p 15.

35 :  L'Or des Rois Scythes - Galeries Nationales du Grand Palais, Paris 2001.

36 :  Véronique SCHILTZ - Histoires de kourganes - La redécouverte de l'or des Scythes (Sciences de l'esprit).

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