Los agroglifos aparecen periódicamente en un gran número de países sobre los cinco continentes (más de 80 países) (1). Todos ellos sin localización privilegiada, a excepción de Inglaterra, que tiene la particularidad única de que todos los años, una gran proporción de las formaciones realizadas está concentrada en un territorio muy limitado al suroeste de ese país.
Los agroglifos han sido objeto de numerosas observaciones y estudios desde principios de los años 1980, pero según la memoria de los campesinos de la región de Wiltshire, el fenómeno apareció por lo menos a principios del siglo 20 (2). De hecho un artículo aparecido en la revista científica internacional «Nature» en 1880 (¡hace más de un siglo!) hace pública una observación detallada de un «crop circle» en Inglaterra. Por otra parte, un grabado sobre madera inglés que data del año 1678 representa una escena que se parece mucho a un «círculo de cultivo», según interpretación de la época, puesto que es el diablo quien está representado cortando el trigo.
Aunque la calidad estética de los dibujos es a menudo más resplandeciente en los campos de cereales como el trigo o la cebada que se prestan mejor, una gran variedad de soportes vegetales (¡y minerales!) es utilizada para realizar esas obras: colza, centeno, maíz, hierba, remolachas, nieve, hielo en la superficie de un estanque, etc. En Europa y en Inglaterra en particular, los dibujos esculpidos en los campos de cereales permanecen visibles hasta la cosecha, es decir durante un tiempo que varía de... algunas horas a algunos meses según la reacción del labrador, y según la fecha de creación (que va desde el mes de abril al mes de septiembre).
Hasta los años 1980, los agroglifos eran simplemente círculos, o conjuntos de círculos, lo que explica el nombre que les quedó en inglés (crop circles = círculos en los cultivos). Al final de los años 1980, los motivos comenzaron a evolucionar teniendo como base conjuntos de círculos y segmentos rectilíneos (fotos 1 y 2).
Sin prejuzgar la identidad de los autores de los agroglifos, ni tampoco la técnicas empleadas para esculpir esos motivos en los campos, es importante observar que la gran sobriedad o simplicidad de esos motivos circulares y rectilíneos lleva a pensar que las técnicas utilizadas podrían ser también «relativamente» simples.
Recordemos que fué en 1991 que surgió «el caso» de los dos jubilados llamados Doug y Dave, que reconocieron haber realizado ellos mismos una cierta cantidad de crop-circles, ¡fueron hasta declarar que eran los autores de un muy gran número de ellos! A pesar de la poca verosimilitud de esta declaración, los medios de comunicación se la apropiaron y difundieron por todas partes que el misterio estaba resuelto; desde entonces todo el interés que el público empezaba a mostrar desapareció, hecho que ha sido muy perjudiciable mucho durante varios años, al alimentar la confusión que aún persiste en nuestros días sobre el tema.
Siendo los motivos circulares y rectilíneos efectivamente fáciles de copiar por el hombre (a condición de mirar muy rápidamente y de lejos...), se puede comprender que los autores de los «verdaderos» agroglifos se hayan visto obligados a desmarcarse, escogiendo motivos más elaborados y más complejos. Es eso lo que sucedió durante los años que siguieron, y esa evolución continúa actualmente de manera cada vez más espectacular. Todo el mundo pudo rendirse a la evidencia: algunos motivos son estupefacientes de belleza y de precisión técnica.
Pero es necesario subrayar que esta evolución en la elaboración de motivos se hizo progresivamente. ¡ Parece ser que los autores de estas obras han necesitado un periodo de adaptación !
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